Secretos de cocina de LEDY DI...


Secretos de cocina de lady Di


La intimidad Carlos y Diana de Gales, desvelada en un libro a través de las recetas de su chef durante 11 años.

Probablemente ninguno de los dos supiera ni freír un huevo, pero los hábitos culinarios de Carlos y Diana de Gales han servido de inspiración -y de gancho publicitario en Reino Unido- para un recetario de cocina recién publicado por quien fuera su chef durante 11 años. La familia real “no vive de caviar y langosta” y favorece una dieta sana, equilibrada y “asequible a todos los bolsillos” donde está vetado el ajo para evitar el mal aliento de esos personajes públicos en las distancias cortas, explica Carolyn Robb en su libro.
Fichada en 1989 por la pareja, y testigo en primera línea de la descomposición del matrimonio, el impacto que tuvo en la familiala muerte de lady Di en un accidente de coche en París (1997) y el afianzamiento de Camilla Parker Bowles como nueva consorte. Sin embargo, Robb circunscribe al estricto ámbito de la cocina el anecdotario que acompaña a sus recetas clásicas inglesas. Del príncipe Carlos confirma su obsesión por los productos locales y de temporada (“no puedes servirle fresas en diciembre”), si bien desmiente su fama de quisquilloso y lo presenta como un personaje exigente aunque muy agradecido ante un plato de salmón escocés, un guiso de la caza procedente de la finca real de Sandringham o de espárragos recién recogidos en su residencia campestre de Highgrove.
A Diana, en cambio, la comida no le interesaba lo más mínimo. “Siempre tomaba una porción de proteínas porque hacía mucho ejercicio, y le encantaban el soufflé y el cordero, aunque principalmente comía ensaladas”, recuerda la autora del libro. Cuando la princesa entraba en la cocina no era para preguntar por los menús, sino para charlar un rato. La chef no especula a partir de esa anécdota sobre la soledad que pudiera sentir la princesa entre las cuatro paredes de palacio, y que ella misma reconoció durante una explosiva entrevista televisiva en 1995, al igual que sus infidelidades y las de Carlos. Un año más tarde el matrimonio se divorciaba, y Robb se quedó con el heredero, a quien solía acompañar en sus viajes oficiales en el extranjero (“le gustaba llevarse su propia comida”).



La princesa Diana de Gales y el príncipe Carlos de Inglaterra, con sus hijos, en una felicitación navideña de 1984. / CORDON PRESS
Carolyn Robb, de 49 años, dejó aquel puesto en 2000 y desde entonces no ha mantenido ningún contacto con los miembros de la familia real británica, a excepción de un episodio tangencial: cinco años más tarde organizaba el catering de la boda de Tom Parker Bowles, el hijo de Camilla, ella misma entonces recién casada con el heredero. El libro de Robb, The Royal Touch (El toque real) entremezcla recetas con recuerdos amables, como esas tartas de melaza que apasionaban al pequeño príncipe Enrique o la actitud responsable que denotaba su hermano mayor, Guillermo, desde que era un crío. Durante más de una década cocinó para una familia que no era como las demás y también para sus famosos invitados, como Elton John o Emma Thompson. Pero quien más le sorprendió fue Barbra Streisand con su demanda de una tortilla sin yema de huevo. En la Inglaterra más rancia aquello sí fue una conmoción.
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